Ante el “genocidio ambiental” presente en la zona alta de la provincia de El Oro, particularmente en los cantones de Portovelo, Zaruma, Atahualpa y Piñas, generado por la actividad minera, que sin control alguno se viene realizando de manera intensiva y desordenadamente, agrediendo y contaminando las fuentes principales de abastecimiento de agua para las poblaciones tanto del Ecuador como del Perú, como afectando también a la subsuperficie de las áreas urbanas, especialmente de Zaruma y Portovelo, se concibió la idea por parte de Aldo Valarezo Sánchez, de sistematizar la problemática ambiental, concretándola en la obra “Desastre Ecológico de la Cuenca Binacional Puyango-Tumbes”. Julio 2011.
Indigna y enerva, enterarse que en la zona, el agua de lluvia como el agua que bebe la población de Portovelo, contiene cianuro; que el aire que se respira, contiene metales pesados, al igual que los alimentos que se producen en los suelos cercanos a las plantas de procesamiento de minerales, ubicadas prácticamente en el lecho de los ríos Amarillo y Calera, tributarios principales del río binacional Puyango –Tumbes.
Indigna también constatar la violación al marco legal relacionado con el ambiente y la salud, ya que de la Constitución del 2008 se irrespetan 28 artículos, a vista y paciencia de las autoridades de turno y sin embargo se continúa hablando de minería con responsabilidad ambiental. La riqueza extraída, como la que se extrae, no se refleja en una mejor calidad de vida de los habitantes, cuyo valor no alcanzará para remediar los daños ocasionados a la salud como a la naturaleza, por las pérdidas de las fuentes de agua. La gravedad es de tal dimensión que se podría incluso generar un conflicto con nuestro vecino Perú.
Angel Loaiza – El Oro